RECICLAJE DE MANGUERAS DE JARDÍN
Cuando se añaden plastificantes al PVC (cloruro de polivinilo), se convierte en el material perfecto para revestimientos de suelos, salpicaderos de automóviles y mangueras de jardín. Pero reciclar estos componentes de PVC plantea un reto: para que puedan volver a utilizarse en la aplicación original, deben triturarse hasta convertirlos en un polvo fino. La energía eléctrica del motor convertida durante el proceso de trituración provoca un aumento de temperatura que adhiere las piezas blandas de PVC, imposibilitando así la trituración fina. Pero este problema puede resolverse utilizando nitrógeno líquido o dióxido de carbono criogénicos. Al enfriar el proceso y fragilizar el material, permiten una molienda fina.
Y estos gases también cumplen otra función: sus bajas temperaturas ayudan a separar los distintos componentes entre sí; en el caso de una manguera de jardín, esto significa separar el PVC blando de la malla de refuerzo. El granulado final en forma de gránulos de PVC blando se tritura aún más fino y se tamiza, dejando un polvo de PVC puro y de alta calidad que puede reutilizarse como materia prima, por ejemplo, para fabricar nuevas mangueras de jardín.