NEÓN (Ne): LIGERO COMO EL DÍA Y FRÍO COMO EL HIELO
El campo de aplicación más conocido del gas noble neón son los famosos tubos de neón, aunque el presente y el futuro pertenezcan al LED. Por eso, la aplicación más importante del neón en la actualidad son los láseres de excímeros, que se utilizan principalmente para fabricar semiconductores y pantallas de visualización. Además, el neón se utiliza en forma de mezcla en los láseres de helio-neón, para calibrar espectrómetros, por ejemplo.
El neón, cuyo nombre se basa en la antigua palabra griega que significa "nuevo", fue descubierto por William Ramsay y Morris William Travers en 1898. Los dos químicos calentaron primero minerales y partes de meteoritos para estudiar los gases que se generaban como resultado, pero sólo encontraron los gases nobles conocidos hasta entonces, helio y argón.
Más tarde, al experimentar con argón bruto aislado del aire licuado, descubrieron el neón, aún desconocido. En 1910, Georges Claude desarrolló la primera aplicación práctica del neón, la lámpara de neón: la tensión eléctrica excitaba el gas noble dentro de su cuerpo de vidrio, provocando así su emisión de luz.
En la atmósfera terrestre, el neón es relativamente raro: su concentración es de sólo 18,2 ppm. También se ha encontrado en el granito y el basalto, así como en los diamantes. Los científicos sospechan que gran parte del neón de la Tierra ha escapado de la atmósfera desde la creación del planeta. Es uno de los elementos más comunes del universo, junto con el hidrógeno, el helio, el oxígeno, el carbono y el nitrógeno.
Propiedades químicas:
Gas incoloro, inodoro, extremadamente inerte, baja solubilidad en agua, algo más ligero que el aire.