PRODUCCIÓN DE ENERGÍA ADAPTABLE
El material más importante para la producción de células solares es el silicio, que ayuda a convertir la luz solar en electricidad. Este elemento constituye aproximadamente el 15% de nuestro planeta, y de hecho representa cerca del 25% de la corteza terrestre. Sin embargo, en su forma cristalina y de gran pureza, el silicio no sólo es caro, sino que además ofrece una gama muy limitada de opciones de procesamiento y moldeado. Aquí es donde entran en juego el silicio amórfico y el microcristalino. Estos materiales fotovoltaicos se suministran primero en forma gaseosa, con el fin de aplicar una capa lo más fina posible a un portador. Este proceso también requiere gases de Messer, como argón, helio, metano, nitrógeno e hidrógeno. El proceso de capa fina permite utilizar distintos materiales de soporte y deja libertad a los diseñadores para modificar a voluntad la transparencia de los colectores. Como resultado, los revestimientos fotovoltaicos también pueden aplicarse al cristal de las ventanas y a elementos de fachadas y tejados.